La cláusula de no competencia contractual y el derecho del representante de ventas asalariado a reclamar una remuneración mínima

Un representante de ventas que puede beneficiarse del estatuto jurídico de trabajador (VRP en Francia) tiene derecho a una remuneración mínima cuando su contrato precisa que tiene que trabajar de manera exclusiva para el empresario. Sin embargo, una cláusula de no competencia no conlleva una exclusividad tal.

Así pues, el artículo 5 del acuerdo nacional interprofesional de los VRP en Francia, del 3 de octubre 1975, establece una remuneración mínima fijada de manera anticipada cuando un VRP tiene una relación profesional exclusiva con un solo empresario”.

Los contratos con VRP contienen a menudo una cláusula de no competencia contractual (o cláusula de fidelidad) que prohíbe al VRP trabajar para una empresa que le haga competencia a la primera sin que tenga que trabajar de manera exclusiva para un solo empresario. Asimismo, algunos VRP se plantean la posibilidad de reclamar una remuneración mínima ya  fijada por el acuerdo interprofesional del 3 de octubre de 1975.

La jurisprudencia aprovecha la oportunidad de dar una respuesta clara sobre esta cuestión,

Precisamente, la “Cour de cassation” (Tribunal Supremo francés) ha reconocido en varias ocasiones que una cláusula de no competencia contractual, si no es exclusiva, no permite al VRP reclamar una remuneración mínima fijada por el acuerdo interprofesional (Tribunal Supremo francés, Sala de lo Social, 8 de junio de 2011; 25 de marzo de 2010; 25 marzo de 2003).

Hace poco, el órgano jurisdiccional superior volvió a confirmar este razonamiento (Tribunal Supremo francés, Sala de lo Social, 19 de marzo de 2014).

En ese caso en concreto, la “Cour d’appel” (tribunal de apelación) había decidido que un VRP estaba ligado por una cláusula de exclusividad ya que se podía deducir del contrato, en general, que el trabajador tenía que dedicar todo su tiempo de trabajo a su jefe y que le era “materialmente imposible trabajar para otra persona” (le estaba formalmente prohibido utilizar el vehículo puesto a su disposición por el empresario para captar clientes de otras empresas).

La “Cour de cassation” (Tribunal Supremo francés) anula la sentencia, y usa como motivo de casación el hecho que el contrato no prohibía de manera explícita al trabajador  realizar operaciones para otras personas ajenas a la empresa.

En esta sentencia, la “Cour de cassation” afirma de nuevo que la exclusividad tiene que estar prevista expresamente en el contrato para que el VRP pueda reclamar una remuneración mínima ya fijada anteriormente.

CABINET FOUSSAT, Bufete de abogados, PARÍS / BRUSELAS

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